En el vestíbulo de un hotel, un tipo se cruza con una chica guapísima. En ese momento, oye un ruido y, al girarse, sin querer, golpea a la mujer en un pecho con el codo. A modo de disculpa le sonríe y le dice:
–Señorita, si su corazón es tan suave como su seno, sin duda perdonará mi torpeza.
A lo que la chica responde:
–Caballero, si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 314.