En una tranquila ciudad de España vivía un reconocido torero llamado ‘El Curro’.Cerca del Curro se mudó un jovial chinito, quien no sabía pronunciar bien la erre.Una mañana, se encuentran los dos y el chino le dirigió un ‘cordial saludo:-Buen día señol CuloPor supuesto que al Curro no le hacía gracia, pero lo dejó pasar.Durante la siguiente semana, había el mismo saludo.El Curro no pudo aguantar más y se compró dos perros pastor alemán y los entrenó para atacar al chino.Cuando el chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó los perros.Con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones, y se paró rígido en posición de defensa, listo para enfrentar los perros. El Curro se da cuenta que el chino va a cortar los perros, y pega un silbido.Los perros entran a casa. Esto se repite varias veces, hasta que el chino decide poner una denuncia en la comisaría.El comisario le pregunta:– ¿Cuál es su problema?A lo que el chino responde:-Mile señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del culo no me dejan caminal.El comisario se quedó perplejo, pero le siguió la corriente y dijo:– Bueno amigo, pues córteselosEl chino respondió:– Eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los quielo coltal, el Culo silba y los pelos se van pala adentlo