Un hombre acaba de salir de una farmacia cuyo propietario es catalán y el farmacéutico sale corriendo detrás de él. Le alcanza y con voz entrecortada por la carrera que se ha pegado, le pregunta:– Perdone: acaba usted de comprar una aspirina en mi tienda?– Si, ¿cual es el problema?– Pues que le he dado estricnina en vez de aspirinas.– Y cual es la diferencia?– Bueno, que es veinte euros mas cara.