Un chico, cenando en casa de su novia, le dice a su suegra: – ¡Qué croquetas de bacalao más buenas! A lo que contesta la suegra: – ¡Agárralas con la otra mano, ioputa, que son de pollo!!!
–¿En qué se diferencia estar hambrientos de estar cachondos? –… –En el sitio por donde se mete el nabo.
En un bar, se acerca un tipo a una tipa: –Hola, guapa. ¿Te invito a una copa? –No, gracias, majo. El alcohol no le sienta bien a mis piernas. –¿Se te entumecen? –No, se me abren.
Dos amigos hablando de sus mujeres: –Pues mi mujer, yo creo que me engaña con un pollo… El otro día encontré plumas debajo de la cama. –Pues a mí la mía me engaña con un caballo… ¡El otro día me encontré a un jinete debajo de la cama!
Un chaval va a confesarse: –Padre, quiero confesar que soy homosexual. –¡Hijo mío! –Sí, pero… es que además… mi hermano y mi padre también son gays. –¡Oh, cielos! –Y… bueno… mi primo Alberto también lo es, y… El cura, ya un poco acalorado, le interrumpe: –Pero, hijo mío, ¿es que en tu casa a nadie […]
–¿Qué tienen en común una novia embarazada y una tostada quemada? –… –Que en los dos casos desearías haberla sacado un poco antes.
–¿Por qué las mujeres se frotan los ojos cuando se despiertan por las mañanas? –… –Porque no se pueden rascar los huevos.
–¿Cuál es el límite de velocidad del sexo? –… –68, porque en el 69 te tienes que dar la vuelta.
Una pareja lleva veinte años de matrimonio, y el marido siempre insiste en follar con la luz apagada. Una noche, en plena faena, la mujer enciende de pronto la luz y le pilla con un consolador en la mano. Furiosa, le empieza a gritar: –¡¡¡Cabrón impotente!!! ¿¿¡Cómo me has podido mentir así todos estos años!?? […]
–¿Qué le dijo el plátano al vibrador? –… –«¿Por qué tiemblas tanto? ¡Al que se va a comer es a mí!!!»