Un hombre va por la montaña pensando en mujeres y mujeres, y en eso que se le aparece un duende:
– Hola! Soy el “Duende cabrón” y te concedo un deseo.
El hombre contesta rápidamente: ¡Quiero que la polla me llegue al suelo!
– Deseo concedido!
Y va y le corta las piernas.