Llega el marido a casa, a las doce de la noche, completamente borracho. Va caminando de un lado a otro y apenas puede mantenerse en pie. La esposa lo recibe en la puerta, al borde de la histeria, y le grita: -¡Paco! ¡Tú a mí me vas a enterrar del susto! Y Paco responde: -Sí, vengo yo como para cavar agujeros…