Un hombre regresa a su casa superborracho tras una gran juerga nocturna. Frente a la puerta de la calle, llave en mano, pelea y no acierta a abrirla debido a la torpeza producida por el exceso de alcohol ingerido. Desde la ventana de su casas, su mujer le observa. Y al ver que le resulta imposible abrir, solícita y amable le pregunta: -Querido, ¿deseas que tire la llave? A lo que el sorprendido responde: -No, mi vida … la llave ya la tengo. ¡Tírame el agujero de la cerradura …!