Jaimito tenía un coche mágico que andaba si decías adiós y se frenaba si decías hola… Un día, iba con su coche por el bosque y vio al fondo un terraplén… Jaimito nervioso, al final consigue frenarlo… Después se baja del coche y dice… -¡Gracias a Dios! Y se quedó sin coche…