Pues esto es un señor de Lepe que se ha comprado un Mercedes y el día que lo estrena con su señora se deja las llaves dentro del coche.
– Bueno, pues habrá que coger una piedra y romper un cristal, dice el hombre.
– No seas tan brusco, cariño; mira, la ventana está un poco abierta; coges un alambre y tiras del seguro de la puerta…
El hombre lo intenta, pero nada. La mujer, con aquel retintín tan
especial, le corrige:
– Pero, cariño, hazle un lazo al extremo para poder agarrar el seguro…
Sudando el hombre, hace el lacito, pero nada.
– ¡Cariño, por Dios! El lacito mas estrecho: ¿cómo piensas agarrarlo, si no…?
Total que nuestro hombre no puede más y le grita a su mujer:
– ¡Sí, claro, tú desde dentro del coche lo ves todo muy fácil!