Un cretino circula por un callejón oscuro cuando un ladrón lo atraca. El tío se defiende con todas sus fuerzas, pero al final se rinde. El ladrón hurga en sus bolsillos, y aunque sólo encuentra cinco euros, exclama: -¡Es muy poco, pero ya me doy por satisfecho! Y entonces, el cretino se echa a reír y le dice: -Pues qué bien, ¿así que te contentas con cinco euros? ¡Por un momento pensé que querías robarme los diez mil euros que llevo escondidos en el calcetín derecho!