Un visitante está curioseando en una exposición canina, cuando de pronto oye una voz: -¡Señor, señor, cómpreme! Le aseguro que hablo perfectamente español, francés, inglés y alemán. Maravillado, el señor se percata de que quien le está hablando es un perro. Corre a buscar al vendedor, le compra el perro por un módico precio y cuando el can ya es suyo, le dice: -Tal vez usted no lo sepa, pero acaba de venderme un perro de un valor incalculable. -¿Por qué? -le pregunta el vendedor-. ¿Acaso le ha dicho que habla español, francés, inglés y alemán? -Sí, en efecto. -¡será embustero…! No le haga caso. ¡En realidad solo habla español, y con alguna que otra dificultad!