Mamá asno anima a su hijo a ser diligente, juicioso, obediente, estudioso, bueno, generoso y, por supuesto, el primero de la clase. Todos los días le repite lo mismo: -¡Da siempre lo mejor de ti y ya verás como llegará la recompensa! Un día, el asnito está pensativo, y al final le pregunta a su madre: -Mamá, ¿tú crees que si soy diligente, juicioso, obediente, estudioso, bueno, generoso y, por supuesto, el primero de la clase, algún día llegaré a convertirme en un caballo?