Un pequinés y un cocker se encuentran en la esquina de una calle, y descubren que cada uno de ellos está citado con la perrita de lanas blancas. Y justamente cuando están decidiendo darle una lección dejándola plantada la en llegar por la calle acompañada por un pequeño bastardo con el que se halla liada en cálida efusiones. A lo que el pequinés se vuele al cocker y le dice con amargura: -¿No son acaso mujeres las perras?