Está una pulga en la playa tomando el sol, y en esto se le acerca otra pulga, toda pálida y muerta de frío.
– ¿Qué te ha pasado?!
– Pues nada, que para venir a la playa se me ocurrió subirme a los bigotes de un motociclista, y claro, llevo dos horas ahí colgada, a 200 Km/h y con más frío que alicatando un iglú.
– Anda, pero no seas bestia, mira, lo que tienes que hacer es esconderte en el lavabo de señoras, y cuando llegue una, te subes a sus bragas y así viajas todo el camino calentita y segura.
Al otro fin de semana, se vuelven a encontrar en la playa, otra vez una toda bronceada y a gusto, y la otra toda pálida y muerta de frío.
– Pero vamos a ver, ¿no hiciste lo que te dije?!
– Sí, sí, yo hice eso, me escondí en el servicio de señoras y cuando llegó una me subí a sus bragas y ahí me quedé… El caso es que, de tan calentita y a gusto que estaba, me quedé dormida… y cuando me desperté, no sé cómo, volvía a estar en los bigotes del motociclista, a 200 Km/h y muerta frío!!!