Un señor va al médico con la cabeza vendada:
–Doctor, me ha salido una cosa en la cabeza y vengo a que me la vea.
–Muy bien, a ver: siéntese aquí y quítese la venda.
–Pero, verá, es que se trata de algo un poco delicado, no quiero que lo vea el enfermero.
El médico, un poco extrañado, pide al enfermero que salga un momento al pasillo. Una vez solos, el paciente le susurra:
–Verá, es que me ha salido un pene en la frente.
–¿Cómo dice? –El doctor le quita la venda y, efectivamente, le colgaba una buena picha entre las cejas. Se queda un momento pensativo y dice:
–Pues me temo que el pronóstico no es nada bueno.
–¿Cómo es eso, doctor?
–¡Pues porque cuando le salgan los huevos, va a perder la vista!