Ricardo encuentra en la calle a su amigo Miguel con dos maletas y la cara hecha una «via crucis»: un ojo amoratado, dos dientes rotos, los labios partidos, las orejas vendadas y los nudillos desechos. -¡Dios mío … ¿Qué te ha pasado, Miguel? -Mi mujer … ¡Menuda bronca hemos tenido… -¿Bronca? ¡Dirás paliza! ¡Pero si mi mujer me hace eso, a mí, la mato! -¿Y qué crees que llevo yo en las dos maletas?